Sumamente alegre la pasamos el sábado pasado cuando algunos miembros de la familia de Haciendo Almas nos reunimos en mi casa (fotos 1-7) para degustar tres productos de amaranto que yo había traído desde la tierra mexicana considerándolos fáciles de producir también en Cuba:·
- Batido de Alegría (en base de la mezcla de horchata, foto 8)·
- Turrón alegre (barras dulces, foto 9) y·
- Churritos alegres (salados, foto 10).
No voy a dar muchas vueltas acerca de la aceptación, no solamente de parte de la “familia”, sino también por clientes del kiosco de mi casa: ¡aprobado todo, por sabrosísimo y nutritivo a la vez! (De esto último nos dimos cuenta cuando realizamos que nos habíamos pasado como cinco horas conversando y viendo fotos, sin almorzar, sólo picando las cositas de amaranto, y sin embargo, no sentíamos hambre …)
Aunque se escapó de la cámara, no faltó por supuesto el propio Ludovico, y también se sumó (fuera del ojo documentador) mi vecina amiga Aymé que mientras más fue conociendo, en el transcurso de los años pasados, sobre esa planta y sus cualidades, más se fue convertiendo en otra entusiasta promotora.
Muy especial presencia mostró otro amigo miembro de la familia Haciendo Almas, el pintor Ángel Manzanet, a través del cartel del “Kiosco Alegre” que muy amablemente había diseñado en el marco de su proyecto Inaku. También por esta vía ¡muuuchas gracias, Inaku y Manzanet!